Al viajar siempre es bueno dejar un espacio en la maleta para los medicamentos. Ellos son los mejores aliados en casos inesperados. Dolores de cabeza, golpes, raspones, dolor de oído, insolación... Un viaje feliz puede tornarse un poco triste si, por esas cosas de la vida, se produce un accidente o lo domina un malestar inesperado.

Para evitar estas molestias es recomendable estar prevenido, en especial si se viaja con menores de edad. Por ello, reserve en su maletín de viaje un espacio en el que pueda colocar unos cuantos medicamentos con los cuales combatir y dar un golpe de gracia a esos incómodos momentos.

En estos casos, un equipo de enfermería básico puede convertirse en el mejor de sus amigos o en el médico personal que se quedó en la capital. El equipo de primeros auxilios debe estar constituido por alcohol, algodón, vendas de gasa y acetaminofén.

Añada aplicadores, curitas, ungüentos, ampollas antialérgicas, esparadrapo, algún descongestionante, analgésicos, gotas para los ojos, laxantes, cuchara, gotero, jabón y cualquier medicina recetada por su médico si es que sigue algún tratamiento en particular.

Por favor, no escatime esfuerzos para cumplir con esta pequeña sugerencia, pues acatarla puede hacer la diferencia entre un viaje feliz y uno menos agradable.

¡MEJOR PREVENIR!

• Conviene consultar con el pediatra si el clima al que va es conveniente para sus niños en especial si ellos padecen alguna enfermedad.
• Investigue dónde hay puestos de Cruz Roja, paramédicos o salvavidas.
• En caso de prescripción médica, recuerde llevar consigo la cantidad necesaria de pastillas o líquidos medicados.
• Porte siempre una botella con agua pura.
• Proteja sus ojos con unos anteojos oscuros, sus labios con un protector labial y su piel con un buen bloqueador.