La parte
norte del litoral Caribe costarricense es un paraíso natural
en el que conviven varias etnias, buena música y gente amable.
No hay duda. Cuando Dios pensó en crear el Edén, ideó hacerlo
en la región norte del litoral Caribe de nuestro país. Esto
porque la zona es una de naturaleza majestuosa, bella e
increíble que ofrece a los turistas todo un mundo de sorpresas,
vestimentas multicolores y gentileza, así como la posibilidad
de permanecer en medio de hermosos tesoros naturales.
Nuestro
Caribe Norte es una tierra de cocoteros, rica en vida, vibraciones
positivas y exuberante flora y fauna típicamente tropical.
En ella hay un paisaje de múltiples contrastes en el que
se encuentran grandes áreas de cultivos tropicales como
bananos, plantas ornamentales o el conocido pejibaye, una
planta nativa cuyo fruto es de exquisito sabor.
También
se presenta un fuerte apego a las tradiciones afroantillanas,
responsable de un estilo de vida caracterizado por la bohemia
y la hospitalidad de sus habitantes, siempre dispuestos
a ayudar a los visitantes y a compartir con ellos la riqueza
de su cultura.
Esta
zona, que comprende la costa caribeña desde el Río San Juan
hasta la ciudad de Limón, es una de las más hermosas de
Costa Rica y quizás una de las que ofrece mayores estímulos
visuales y sonoros. Se ubica a unos 170 kilómetros de la
capital y está conformada por cientos de kilómetros que
inician en barra de Tortuguero (fronteriza con Nicaragua)
y concluyen en Limón centro.
El
Caribe Norte posee un clima tropical húmedo y presenta cambios
de temperatura que oscilan entre los 330C durante el día
y los 200C en la noche. Se trata, asimismo, de la zona más
lluviosa del país con una precipitación anual que puede
alcanzar los 6 mil mm3, aunque esto no le resta el menor
de los méritos a todos sus encantos, muchos de ellos poco
visitados.
Cuenta
con una variedad de ecosistemas acuáticos, playas de arena
negra, posibilidad de pesca de sábalo y róbalo y el desove
de varios tipos de tortugas.
ALGO DE HISTORIA
La
riqueza y las bellezas naturales de esta región fue algo
que Cristóbal Colón comprobó personalmente en 1502, cuando
arribó hasta la isla Uvita que en aquel entonces se llamaba
Quiribí.
La
isla Uvita, es el hogar de uno de los arrecifes de coral
más bellos del país y lugar de anidamiento de hermosas aves
marinas. Esta isla fue declarada Monumento Nacional en 1985
debido a que es el primer lugar que Cristóbal Colón pisó
al llegar a Costa Rica en 1502.
A
la sazón, la zona estaba compuesta principalmente de indios
bribríes y cabécares, hoy establecidos en la parte sur de
Limón.
Más
tarde, el perfil de sus habitantes se enriqueció con el
advenimiento de diversas comunidades negras provenientes
de Las Antillas, las cuales llegaron a trabajar en el cultivo
del cacao, la construcción del ferrocarril al Atlántico
y las plantaciones de banano. Esta nueva población aportó
sus costumbres, lengua, comida y música.
Posteriormente
otra etnia hizo su aparición y se estableció en la zona:
la china. Así se produjo una mezcla cultural de indígenas,
españoles, afrocaribeños y chinos, lo cual forma un crisol
de razas lleno de sorpresas y característico del Caribe
de nuestro país.
RIQUEZA Y ARMONÍA NATURAL
El
Caribe Norte es un paraíso para los amantes de la biodiversidad
debido a que allí hay parques nacionales y refugios de vida
silvestre. En esta región se localizan: el Refugio Nacional
de Vida Silvestre Barra del Colorado, el Parque Nacional
Tortuguero y el sistema de canales fluviales que une el
Puerto de Moín con Barra del Colorado.
Es
precisamente en los canales de Tortuguero donde se produce
un maravilloso espectáculo: el desove de la tortuga verde,
aunque también es posible apreciar libremente a los sorprendentes
cocodrilos. Ahí se encuentran abundantes canales y lagunas
navegables aptos para la pesca deportiva de especies marinas
y fluviales.
Esta
es una fórmula que atrae la atención de quienes respetan
la naturaleza gracias a la variedad de flora y fauna imperante
en la región, la cual está a una palma de la mano.
En
esta zona se puede encontrar una diversidad de acogedores
hoteles que casi no han alterado el paisaje natural del
área, restaurantes, servicios médicos, teléfonos, calles
asfaltadas y otras facilidades.
Además
es probable visitar el muelle en el que los amantes de la
pesca gustan de practicar su gran pasión, y quienes lo prefieran
pueden caminar junto al rompeolas para escuchar el clamor
del mar rompiendo contra la tierra.
La
fórmula de la diversión se amplía con la existencia de mágicas,
pacíficas y tranquilas playas cercanas al parque central
de Limón, tales como Moín y playa Bonita, conocida internacionalmente
por sus facilidades para practicar surf. Las playas de esta
región están rodeadas de cocoteros o yolillales y encierran
una gran biodiversidad.
Esta
zona Caribe está llena de costumbres, festejos de gran colorido
y sabrosos ritmos. Destacan el carnaval, el calypso y el
reggae, al igual que una rica variedad de platillos y un
mágico idioma; mezcla de español, inglés criollo y vocablos
indígenas.
La
gastronomía local, por ejemplo, refleja la mezcla racial
y cultural predominante en la zona. Sus exquisitas comidas
incluyen el "rice and beans", el "pan bon", el "patí", las
galletas de jengibre y la sopa de vegetales con pescado
y otros productos marinos llamada "rondón".
Ver
animales desde los canales de Tortuguero es toda una experiencia
en medio de los extraordinarios paisajes salvajes de la
zona.
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