Las tierras
altas del país resguardan un par de los lugares más bellos
del mundo, y usted los tiene a poco tiempo de San José.
Las tierras
altas del país resguardan un par de los lugares más bellos
del mundo, y usted los tiene a poco tiempo de San José.
A solo una hora de San José, se encuentran dos de los lugares
más bellos del mundo: El Macizo de la Muerte y la zona de
Los Santos.
Son tierras altas, dominadas por el bosque montano
y el páramo. Su relieve escarpado hace posible apreciar
majestuosas cataratas y nacientes de agua cristalina.
Es un paisaje imponente, refugio de gran cantidad
de aves y mamíferos, algunos en vías de extinción.
Allí abundan hermosos robles y encinos, bromelias,
orquídeas, musgos, líquenes y helechos arborescentes.
Entre ellos viven los casi desaparecidos manigordo,
león breñero, cabro de monte y la danta.
Desde hace dos años, siempre en febrero, se realiza
la Expoferia Turística del Macizo de la Muerte.
Se trata de una actividad rotativa entre las diferentes
comunidades del Macizo, cuya sede en el 2003 será
Copey de Dota.
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El Macizo de la Muerte
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Si
va a visitar la región, los expertos recomiendan llevar
una serie de artículos que contribuirán a hacer más grata
su estadía, debido a que el área es de altura. Ellos aconsejan
llevar botas de hule o zapatos de montaña, una buena chaqueta,
abrigo, capa, sombrilla, sombrero, repelente contra insectos,
bloqueador solar, cámara, binoculares, foco o lámpara, cobertor,
bolsa de dormir y un gorro, entre otros implementos.
Estas
tierras altas se levantan entre los 2000 y los 3491 metros
sobre el nivel del mar y son atravesadas por la Carretera
Interamericana Sur, por lo que el visitante puede llegar
a la zona en vehículo propio o haciendo uso del transporte
público. (Ver recuadro adjunto).
Zona de Los Santos
Las
comunidades que conforman Los Santos pertenecen al cantón
de Dota. Reciben dicho nombre porque muchas de sus poblaciones
llevan el de algún santo: San Pablo de León Cortés, San
Marcos de Tarrazú, Santa María y San Gerardo de Dota.
Gran
parte de esta zona pertenece al área protegida Reserva Forestal
Los Santos, donde lo espera toda una aventura. Se trata
de una excursión fascinante llena de atractivos naturales,
actividades recreativas, históricas y culturales.
Los
amantes de la naturaleza tienen la posibilidad de incursionar
en senderos rodeados por árboles centenarios de especies
nativas, y pájaros, penetrar en los sitios más ocultos de
los bosques tropicales o compartir las tradiciones y la
cultura productiva de la región.
Al
igual que en el Macizo sus límites albergan robles, encinos,
sangre de toro, cedro dulce y helechos. También pavas, quetzales,
jilgueros y yigüirros.
La
oferta de entretenimiento es amplia e ideal para quienes
aprecian la cultura costarricense. Abarca la observación
de vistas panorámicas, paseos a caballo, caminatas en bosques
nubosos, criaderos y pesca de truchas, comidas típicas y
observación de aves. Además, el disfrute de eco albergues
y cabinas de empresas familiares, la apreciación de la agricultura
sostenible, trapiches manejados por bueyes, degustación
de café de altura, frutas, centros turísticos, artesanías,
bailes típicos y productos naturales.
En el imponente Macizo
Uno
de los destinos más atrayentes de Costa Rica es el misterioso
Macizo de la Muerte, llamado de esa forma debido a que muchos
costarricenses perdieron la vida en el cerro durante su
intento por atravesarlo y colonizar la zona sur del país.
La
Casa Refugio Ojo de Agua, ubicada cerca del restaurante
Los Chespiritos, dentro del Parque Nacional Tapantí-Macizo
de la Muerte, es testigo mudo de los esfuerzos de los pioneros
del sur. Junto a la Carretera Interamericana, usted y su
familia podrán llevar el almuerzo y disfrutarlo a la orilla
de riachuelos admirando hermosos paisajes.
El
refugio se ubica en la sección noroeste de la Cordillera
de Talamanca, a solo 30 kilómetros de San José. Una parte
se encuentra en terreno público y otra en tierras privadas,
pero en toda su extensión hay diversas nacientes de agua
que dan lugar a importantes ríos, los cuales desembocan
en el Atlántico o en el Pacífico.
Los
robles, el sol y las nubes dibujan en la zona panoramas
cautivantes llenos de musgos, líquenes, arbustos, pastos,
orquídeas y cañuelas.
Los
habitantes de la zona están muy conscientes de la riqueza
que los rodea y les gusta compartirla con los turistas.
Por eso, realizan actividades productivas, amigables con
el medio ambiente, en procura de reducir el impacto que
tengan sobre las cinco áreas silvestres protegidas que existen
en la región. Éstas son el Parque Nacional Tapantí-Macizo
de la Muerte, Reserva Biológica Cerro Vueltas, Refugio Nacional
de Vida Silvestre Páramo, Reserva Forestal Río Macho y la
Reserva Forestal Los Santos.
En
las casi 59 mil hectáreas del Parque Nacional Tapantí-Macizo
de la Muerte, prevalece un ambiente frío. Según los científicos,
en esta región se encuentra uno de los sitios más lluviosos
del país y hogar de 5 zonas de vida, 45 especies de mamíferos,
260 de avifauna y 30 de reptiles hasta hoy contabilizadas,
porque aún se están descubriendo nuevas especies.
Contemplar
la condensación del rocío o la solidificación del agua son
solo dos de los fenómenos naturales que se pueden apreciar
en la Reserva Biológica Cerro Vueltas. Aquí se encuentran
con frecuencia fallas geológicas, imponentes robles, variedad
de animales y otra rica vegetación.
La
Reserva Río Macho, de gran precipitación, protege ecosistemas
variados, hermosos animales y plantas, al igual que ríos
y riachuelos que llegan al Atlántico.
En
el Refugio Nacional de Vida Silvestre Páramo se protegen
zonas de bosque sobresaliente, pero su acceso es limitado
y requerirá contactar a su propietario previamente.
Esas
5 áreas protegidas garantizan producción de agua para el
consumo humano, generación de hidroelectricidad, mitigación
de gases con efecto invernadero, conservación de la biodiversidad
y belleza escénica.
Se
pueden conocer por medio de una serie de caminatas ideadas
para que el turista disfrute de todo su esplendor. Una de
ellas es la del Cerro Asunción/ Cerro Buena Vista, que tiene
una distancia de 3 kilómetros y dura alrededor de 1 hora
y 20 minutos. Otra opción es la caminata desde La Trinidad
hasta La Cima con un recorrido de 17,7 kilómetros y una
duración aproximada de 7 horas. Para mayor información llame
al telefax 200-5045, página web: www.macizo-muerte.com o
escriba al e-mail: macizo@racsa.co.cr
El
Macizo de la Muerte encierra recuerdos del pasado como La
Picada de Calderón, un camino declarado patrimonio histórico,
ó El Refugio de Ojo de Agua, un albergue que hoy es monumento
nacional.
Además,
la zona fue escenario importante de batallas durante la
Guerra Civil de 1948. Sus bosques sirvieron de abrigo y
protección, sus caminos se convirtieron en rutas secretas
por las que los alzados en armas transitaban, generalmente
de noche. Una de estas vías llegaba hasta el Cuartel General
en la Hacienda La Lucha, enclavada entre los cerros de Santa
María de Dota y Tarrazú.
Por
todo ello, la visita a Los Santos y el Macizo de la Muerte
es más que un encuentro con la naturaleza. Se trata de un
acercamiento a la forma de ser del costarricense y su pasado.
¡Atrévase
a conocer esta rica región, porque vale todo lo que encierra
en oro!
Suplemento
producido por el Instituto Costarricense de Turismo . Comité
Editorial: Silvia Rodríguez, Rafael Quesada, Ivonne Apuy
y Angela Orozco. Información recopilada por María Eugenia
Murillo. Colaboración: Cámara de Turismo del Macizo y de
Los Santos, Fundación CIENTEC y Museo Nacional.
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