MARCADAS
POR LA COLONIA
Heredia
y Cartago son herederas de una tradición colonial expresa
en sus costumbres y arquitectura
Pasear
por las calles de Cartago y Heredia es realizar un recorrido
por la historia colonial costarricense.
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Tanto heredianos como cartagineses heredaron casas
de arquitectura española, templos religiosos y una
riqueza espiritual comparada solo con sus tesoros
naturales.
Allí todavía se aprecia casas construidas con adobe
y techos entejados, las cuales, por ejemplo, abundan
en los cantones de Barva, Santa Bárbara y Santo
Domingo de Heredia.
Heredia tiene un centro histórico rico en construcciones
coloniales, y la ciudad de Cartago una estructura
arquitectónica que refleja el abolengo de los nobles
que la levantaron.
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Casas de fe
Como
muda prueba de la cristiandad colonial, ambas provincias
heredaron una inclinación espiritual muy fuerte, la cual
es más profunda en Cartago.
En
Heredia son más frecuentes las iglesias como, la de la Inmaculada
Concepción, que está cerca de su parque central y es una
de las más visitadas. También lo es el templo de estilo
románico, edificado en piedra granítica, de San Joaquín
de Flores o las iglesias de El Rosario y la Basílica, en
Santo Domingo. A ellas se suma el templo gótico de San Isidro.
Cartago,
al ser el primer y principal asentamiento español en Costa
Rica, adquirió una religiosidad que perdura hasta nuestros
días. En sus límites abundan las reliquias invaluables:
la Iglesia de Orosi y las ruinas de la Iglesia de Ujarrás.
Otra
de las iglesias de interés histórico es el templo de Quircot,
aunque ninguna se compara con la trascendencia de la Basílica
de Los Ángeles.
Ésta,
considerada como templo de La Patrona de Costa Rica, es
una iglesia construida, según la historia, debido a que
la Virgen se le apareció en reiteradas ocasiones a una joven
indígena en el lugar donde se encuentra hoy día.
Tal
fe motiva cada año, a nacionales y extranjeros, a visitarla
en peregrinación cada 2 de agosto como muestra de agradecimiento
por los milagros que le atribuyen. Este día se festeja el
Día de la Virgen de los Ángeles y el de la primera aparición,
en 1635, de la también llamada Negrita de los Ángeles.
Embrujos naturales
Más
allá de la herencia colonial y religiosa, Heredia y Cartago
se caracterizan por la calidez de sus habitantes, fresco
clima, espectaculares paisajes y vocación agrícola.
Son
provincias de barrios tranquilos, paisajes campesinos, pueblos
coloridos, montañas de verde perenne, bosques y pastizales.
Cartago posee una envidiable riqueza ecológica.
En los más de 3 mil km que la cubren, se encuentra
abundantes sembradíos de papa, café, hortalizas
y plantas ornamentales.
Además cuenta con ríos grandes y caudalosos, variada
vegetación, áreas boscosas e importantes zonas para
la conservación de la flora y fauna nacionales.
En sus ríos se practica el canotaje y el deslizamiento
en balsas, y también hay lagos aptos para el sky,
la vela y la pesca.
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Basílica de los Ángeles.
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Destacan
los ríos Reventazón, Grande de Orosi, Pacuare y Chirripó.
También la represa de Cachí, el Paradero Lacustre Charrarra,
los valles de Ujarrás y Orosi, el Parque Nacional Volcán
Irazú, el Volcán Turrialba, el Parque Nacional Tapantí,
el Jardín Botánico Lankester (ver pág.7) y el Monumento
Nacional Guayabo.
Heredia,
reconocida por la belleza de sus mujeres y sus floridos
jardines, --- motivo por el cual se le llama Ciudad de las
Flores--- es la provincia más pequeña del país.
Su
origen se remonta al Valle de Barva donde se establecieron
los primeros asentamientos humanos bajo el nombre de Cubujuquí.
Se
trata de una de las más grandes productoras de café, aunque
allí también se siembra maíz, hortalizas, frutas, frijoles,
caña de azúcar, palmito y cardamomo.
En
sus límites se encuentra innumerables encantos naturales.
Camino hacia sus montañas van apareciendo pueblos donde
disfrutar de ricas comidas criollas, pasear a caballo, comprar
quesos y otros productos típicos de la región.
Guayabo, vista de río.
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Entre esos puntos está Vara Blanca, Birrí, el Bosque
de la Hoja, el paisaje campesino de San Isidro y
el majestuoso Río Sarapiquí.
Heredia cuenta asimismo con importantes áreas silvestres
protegidas: el Parque Nacional Braulio Carrillo,
la estación biológica La Selva en Sarapiquí y otras
reservas privadas ubicadas en esta última zona.
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Por
todas estas maravillas del hombre y la naturaleza, adentrarse
en los mágicos rincones de Cartago y Heredia es conocer
nuestro pasado colonial, riquezas naturales y belleza de
la gente. ¡Anímese a visitarlas y conózcanos mejor!
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