Admire
la auténtica artesanía chorotega en un pueblo guanacasteco
donde las fabrican desde hace casi 300 años
En
Guatil de Guanacaste cada día tiene lugar un proceso
creativo iniciado hace cientos de años por los indígenas
chorotegas.
Se
trata de la confección de piezas artesanales que cobran
vida gracias al esfuerzo de unas 40 familias residentes
en ese pueblo, ubicado a unos 12 kilómetros de Santa
Cruz en la provincia guanacasteca.
Las
hábiles manos de estos artesanos moldean dichas figuras
en la misma tierra arcillosa que alguna vez pisaron
los pies de los chorotegas, indios cuya cultura artesanal
prevalece en nuestros días debido a una técnica heredada
de generación en generación.
Estos
lugareños enseñan a sus hijos el método que les permite
ganarse la vida vendiendo vasijas, ocarinas, jarras,
platones colgantes, tinajas, jaguares, floreros y tortugas
decoradas en una escuela construida exclusivamente con
ese fin.
Tales
obras, delicadamente trabajadas y horneadas a una temperatura
de 2.500 C, las adquieren posteriormente turistas locales
y extranjeros. Ellos las encuentran en exhibición tanto
en los corredores como en las terrazas de las casas
y en alguna que otra choza similar a las hechas por
los chorotegas.
Hace no mucho tiempo su fabricación era una tarea exclusiva
de las mujeres, pero hoy los hombres y los niños se
han sumado a tan noble labor, cuya materia prima se
obtiene de vetas locales.
Según
se cuenta, esta hermosa tradición la inició la familia
de Trinidad Chavarría y luego fue seguida por tres matrimonios
del pueblo. Sucedió hace unos 250 años como parte de
un proceso dedicado a confeccionar una gran variedad
de figuras de animales en barro.
Aquellas
piezas eran tan preciadas que otras familias de los
alrededores llegaban hasta Guatil para comprarlas, puesto
que algunas eran objetos utilitarios empleados en las
labores domésticas y otras cumplían una función simbólica.
En
el presente esos usos han variado un poco, ya que las
lindas piezas de cerámica tienen un fin mayoritariamente
decorativo. Debido a ello, un grupo de mujeres formaron
hace 20 años una cooperativa. Lo hicieron con el propósito
de aprovechar mejor los recursos, conservar la artesanía
como fuente económica y preservar la identidad cultural
de su comunidad.
Y
es que para ellas, como para el resto de los pobladores
de Guatil, la tradición artesanal que con tanto empeño
conservan es un verdadero orgullo. Realmente son pocos
los que pueden reconocerse como descendientes de los
chorotegas y guardianes de un legado apreciado por propios
o extraños.
EL PROCESO PRODUCTIVO
o La elaboración actual de la artesanía chorotega
conserva el diseño tradicional desde la consecución
de la arcilla hasta su preparación.
o El barro se obtiene de vetas locales. Este
luego se mezcla con agua y arena. Enseguida
se cuela.
o Más tarde se preparan los tintes arcillosos
(curiol), se moldean las piezas a mano y se
calan o pintan.
o Este último punto se realiza de acuerdo con
motivos determinados, diseños geométricos (
líneas, puntos, rayas, etc.) y formas de animales
comúnmente lagartos, iguanas y aves.
o Con posterioridad hay que preparar el horno,
y se queman y limpian las piezas. Finalmente
se lustran.
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